Hola soy Jheisson Moná tengo un diagnóstico de Leucemia Mieloide Aguda desde el 01 de diciembre de 2022 y hoy les deseo compartir en invitar a leer esto atentamente, quiero invitarte a que te des un paseo por las salas de oncología.
Créeme que, a dejar de llorar y quejarte por tonterías, por problemas que no son problemas, por situaciones que no valen la pena, llorar por personas, aunque parezca difícil, estar tristes situaciones laborales, estar sufriendo porque duele el corazón por la pérdida de un amor, la verdad esto no se compara con nada en este mundo.
Te darás cuenta de lo afortunada o afortunado que eres.
Afortunado de estar vivos y estar sanos, eres muy, pero muy rico y no lo sabes.
Te invito a que mires a los ojos a una persona enferma, tócala, dale un abrazo, hazlo sentir importante, hazlo sentir especial para ti, llénalo de esa linda energía y ese valor que esa persona necesita para seguir luchando con esa enfermedad.
Ahí descubrirás que el dolor, la tristeza, el sufrimiento, el llanto, ese no es el objetivo de la vida, ese no es el final.
Abrázalos, habla con ellos, sé el motivo de que sonrían, sé el mejor amigo, el mejor confidente, el mejor regalo, sé el que los motiva a seguir luchando.
Agradece todos los días lo que tienes empezando por la vida, porque respiras, porque puedes abrir tus ojos y ver, porque puedes oír, porque puedes sentir, porque tienes tu sangre limpia, tu cuerpo lleno de salud y vida.
Sin embargo, entiende que la enfermedad puede ser una experiencia difícil y dolorosa tanto para el paciente como para su entorno, principalmente para su familia.
Es importante recordar que la salud es un bien muy valioso, y que a veces damos por sentado el hecho de estar vivos y tener un cuerpo sano. Cada día es una oportunidad para agradecer lo que tenemos y para tomar acciones para cuidar de nuestra salud física y mental.
Si conocemos a alguien que está pasando por una enfermedad, podemos ser un apoyo emocional para esa persona y mostrarle nuestra compasión y solidaridad. Cada pequeño gesto puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien que está pasando por un momento difícil.